Influencia de los pagos sin efectivo en el gasto de los consumidores
Los pagos sin efectivo son cada vez más importantes en todo el mundo, aunque hay variaciones significativas entre países.
Alemania, Bélgica, Brasil, China, España, Estados Unidos, Francia, Japón, Países Bajos y República Checa son los países mejor posicionados para pasar a la tecnología sin efectivo. En lugar de efectivo, los consumidores utilizan cada vez más tarjetas de débito o crédito, así como servicios de pago como Apple Pay, PayPal, Venmo y Zelle. Los pagos sin efectivo han demostrado ser más cómodos, reducen determinados tipos de delitos y simplifican los procesos contables.

La investigación demuestra que los pagos digitales están cambiando la forma en que los consumidores gastan su dinero. Un nuevo estudio de la Universidad de Adelaida y la Universidad de Melbourne (Australia) analiza los hábitos de gasto en 17 países y concluye que los pagos sin efectivo hacen que los consumidores gasten más.
El aumento de los pagos sin efectivo
Utilizar una tarjeta o pulsar un teléfono en un punto de venta elimina la necesidad de que los consumidores lleven o manejen dinero en efectivo, y libera a los comerciantes de las tareas de manejo de efectivo. Los pagos sin efectivo eliminan la fricción en el punto de venta. Sin embargo, sin poder ver cuánto están gastando -cuántos billetes y monedas están entregando físicamente al cajero-, algunos consumidores se están volviendo menos estrictos con sus presupuestos.
Es una noticia positiva para los comerciantes, pero preocupante para los consumidores. Algunos comerciantes se han mostrado reacios a dar prioridad a los pagos digitales frente al efectivo debido a los costes de procesamiento. Sin embargo, con el potencial de aumento del gasto de los clientes, los comerciantes pueden justificar el gasto. Los consumidores deben tener cuidado.
La diferencia en el gasto de los consumidores fue pequeña, pero poderosa. La diferencia más notable en el comportamiento del gasto radicaba en las compras destinadas a señalar estatus, como ropa y joyas de marcas de lujo. Las diferencias eran mínimas si se comparaban las donaciones y las propinas.
Los investigadores del estudio recomiendan que los consumidores lleven dinero en efectivo en lugar de tarjetas porque sirve como medio de autocontrol. Cuando los consumidores pueden ver cuánto han presupuestado y sólo llevan esa cantidad exacta en la cartera, es imposible gastar más de la cuenta. Las tarjetas de crédito con grandes límites, las tarjetas de débito vinculadas a cuentas corrientes y los servicios de “compre ahora y pague después” permiten hacer compras de gran cuantía y plantan la tentación justa para que el consumidor derroche.
La transición hacia una sociedad sin dinero en efectivo es inevitable. La mayor parte del sentimiento que rodea a las sociedades sin dinero en efectivo es positivo, ya que promete un futuro mejor con menos corrupción, cajas más fáciles y contabilidad automatizada. Sin embargo, a menudo se pasan por alto los inconvenientes de una sociedad sin dinero en efectivo. Las sociedades sin dinero en efectivo reducen la privacidad de los consumidores, los exponen a posibles piratas informáticos, aumentan la desigualdad económica y modifican sus hábitos de consumo.